Caramelo&Candy

En un puesto de frutas de un tianguis por el que pasaba una gran cantidad de gente todos los fines de semana se encontraba una pequeña niña que siempre se veía algo aburrida en el lugar, para ella siempre era lo mismo, ir un fin de semana a estar gran parte del día en el puesto de frutas ayudando a acomodarlas o en muchos casos solo estar ahí, generalmente podía llevar sus muñecos para jugar pero después de un largo rato o unas horas volvía a caer a lo mismo, aburrimiento, y sin su madre para jugar con ella a eso por estar ocupada vendiendo la fruta o atendiendo clientes ya no había nada mas que hacer.

La hora había llegado, esa hora en la que una pandilla de niños se ponía a jugar justo enfrente del puesto, claro eran puros niños pero a la pequeña eso no le importaba, se quedaba viendoles por mucho tiempo con la esperanza de que su madre le dijera algo como "Puedes ir a jugar cariño" o algo así, pero en sus múltiples intentos por ir en otros días solo le indicaban que nunca iba a pasar. La mayoría de las veces clavaba la mirada en un niño que tenia la misma cola y las mismas orejas que ella en la cabeza, bueno pues eran similares, por algo lo tenia bien ubicado y en esta ocacion en un descuido la pequeña se recargo de mas en uno de los estantes y algunas frutas cayeron al suelo frente al puesto, no eran muchas, pero las mismas rodaron ligeramente en dirección a donde estaban los otros niños jugando, lo único que esperaba era que no la voltearan a ver y pensaran que los estaba espiando o algo como eso, aunque en el peor de los casos que su mamá la regañara por tirar fruta, afortunadamente ella estaba ocupada.

Los chicos disfrutaban mucho cuando el sol estaba brillando, durante la noche las cosas eran màs complicadas para su grupito, asì que mientras hubiera luz ellos salìan a jugar y vagar por el tianguis, siempre habìa gente nueva aunque muchas personas eran siempre las mismas, sobre todo las que atendian en los puestos, algunos ya los conocian y eran amables son ellos, otros simplemente los corrian con la mirada, se encontraban en ese momento apostando canicas entre los puestos de frutas y verduras, estaban tranquilos de momento y jugando tranquilamente hasta que un fuerte sonido les llamò la atenciòn, sonò justo detràs de ello, en un puesto de frutas una niña como de su edad se habìa tropezado y estaba en el suelo con alguno de los productos a su alrededor.

No vieron la caida pero igual varios niños de la pandilla comenzaron a reirse de la chica, otros se aguantaron la risa, el niño con orejas castañas estaba por reìrse tambien, hasta que vio que la niña tenìa algo en comùn con èl, las mismas orejas y una colita similar... De repente se sintiò identificado y sintiò la vergûenza que debia estar pasando la niña y decidiò aguantarse la risa como algunos de sus compañeros.

Se acercò a ella, aceptando de ante mano las posibles burlas que vendrian despues, para extenderle la mano "Heyyy... ¿Estàs bien?" y las demàs palabras salieron sin su permiso y antes de que se diera cuenta "te ves muy tonta tirada ahì, deberias levantarte"

No pudo evitar sonrojarse y sentirse avergonzada con las risas de algunos, intentaba apartar la mirada pero regresaba a mirarlos por un milisegundo a cada momento que pasaba mientras no sabia si recoger la fruta o solo dejarla ahí, incluso sus ojos empezaban a cristalizarse por las lagrimas de la vergüenza que le había dado pero igual trataba de no soltarse llorando.

Empezaba a sentir mas y mas vergüenza cuando vio al niño similar a ella acercarse, pensaba que se iba a burlar de ella ahí mismo y decidió apartar la mirada en su totalidad cuando noto por fin que el niño no retrocedía, cerro los ojos con fuerza intentando no llorar hasta que escucho su pregunta, con unas pequeñas gotas en las orillas de sus ojos volteo a verlo.

Era un alivio para ella en cierta forma "Yo... eh... si" Le dijo y estaba a punto de tomar su mano hasta que escucho el resto de la frase del otro niño, otra vez empezó a sentir mucha vergüenza y en vez de levantarse solo llevo sus manitas a sus ojos ya algo llenos, sollozando un poco.

Salto de la impresion cuando la niña en lugar de tomar su mano comenzò a llorar, ¿por què habia dicho eso? Ahhh, era un estùpido. Comenzò a escuchar comentarios al instante de sus compañeros "buu, la hiciste llorar" gritaban, entre otras cosas.

Ràpidamente se puso de cuchillas y comenzò a balbucear sin sentido "¿Por què lloras? ¿te lastimaste? te ves màs torpe llorando ¿sabias? ahhh, ¿dije algo malo? uhmm.. uhmm... uhmm ¡Toma!" Extendio la mano que traia una canica que le acababa de ganar a uno de sus amigos, era azul y brillante "Te la regalo, si dejas de llorar" ofreciò de forma infantil.

Escuchaba los comentarios de los otros niños y eso la hacia sentir todavía mas avergonzada, todos estaban viéndola en ese momento feo y su sueño de jugar algún día con ellos tal vez estaba terminado, quizás siempre que pasaran por ahí se burlarían de ella o algo por llorona y el otro niño le diría tonta otra ves.

Escuchaba las preguntas y con su voz toda cortada le intentaba contestar "P-porque... me ca-caí y tu y los otros niños piensan que soy tonta" Alargo la ultima palabra que dijo para seguir en lo suyo, su mamá aun no se daba cuenta por estar atendiendo gente pero quizás era cuestión de tiempo si ella seguía llorando y justo al momento en que el niño le ofreció la canica se detuvo, viéndola con atención.

"¿Para mi?..." Pregunto, pero sin recibir respuesta solo la tomo con su dedo indice y pulgar.

Asintiò ràpidamente con la cebeza "si si si, para tì, ahora deja de llorar, porfavor" suplicò, mirando nervioso ahora a la mamà de la chica, no fuera a ser que lo viera y le echara la culpa -que no era de èl, obvio- y no los dejaran acercarse màs a esa àrea del tianguis.

"ya levantate ¿si? ¿que estabas haciendo en el piso de todos modos?" Preguntò, ofreciendole su mano una vez màs con la esperanza de dejarla tranquila y ser libre de aquel problema.

Se quedo callada un momento viendo la canica, le parecía muy bonita y de un momento a otro solo empezó a limpiarse las lagrimas con su otro brazo y de poco en poco se le fue saliendo una sonrisita, como si el asunto ya fuera del pasado, se estaba olvidando de el de poco en poco.

Asintió con la cabeza y se levanto "Ahh... estaba viendo como jugaban y me caí por recargarme" Le dijo algo apenada, aun seguia tallando un poco sus ojos y seguido empezó a sacudir su vestido "¿Como te llamas?" Le pregunto algo curiosa.

Un leve tono de rojo apareciò en sus mejillas cuando escuchò su pregunta, no estaba muy orgulloso de su nombre, de hecho parecìa una broma pero era el que le habìan dado y tenìa que vivir con ello.

"Caramelo" Exclamò, tratàndo de verse confiado pero en realidad queria irse de ahì "Asì me dicen, uhm... ¿Y el tuyo?" Preguntò màs por costumbre que por otra cosa, podìa sentir las miradas impacientes de sus amigos presionandolo por la espalda, seguro que ya querìan volver a sus asuntos diarios, nunca se habìan entretenido tanto por una niña.

Efectivamente, su nombre le había parecido muy curioso y le recordaba un poco al de ella aunque su nombre estuviera en un diferente idioma, parecía ser que no solo sus orejas y sus colas eran lo que tenían de parecido.

"¿Caramelo? ¡Eso es muy lindo!" Dijo eso en voz alta, como para que todo el mundo la escuchara "Yo me llamo Candy, significa dulce pero mi mami dice que es en ingles, es como si los dos fuéramos de dulce" ya se veía mas sonriente que antes, la noticia le había caído bien de alguna forma.

Caramelo hizo una mueca ante la afirmación de la niña, no solo avergonzado pero horrorizado también ¡no era lindo! Mucho menos un dulce, él era un chico aventurero, valiente y rudo, no lindo, en ningún sentido. Seguro si sus amigos habían escuchado estaría en problemas. Ugh

"Tú lo serás pero yo no" se apresuro a responder y agregó sin pensar mucho "no dijas tonterías... Uhm, ya debo irme por cierto" se apresuró, ya la había ayudado y le había regalado la canica que acababa de ganar, podía irse sin mucha culpa.

Le sonrió, pensó que el otro niño era algo tímido y al momento en que quería irse empezó a pensar en como evitar que se fuera ¿que podía hacer? También podia jugar con ellos aunque le daba algo de vergüenza porque no conocia a nadie mas.

"¿Ahh.. t-te tienes que ir ya? Podemos jugar si quieres ¿o podria ir contigo?" No quería estar sola y aburrida mas tiempo, no podia hacer nada ahi con sus padres mientras vendian frutas despues de todo.

Caramelo se detuvo nadamás escuchar las primeras palabras de la niña, oh no, justo lo que quería evitar. De espaldas a ella cerró los ojos fuertemente para no ver las miradas burlescas y de desaprobación de su pequeño grupo, tomó aire y se dio media vuelta para ver a Candy.

"¿Eh? No me puedo quedar" ¿En un puesto de frutas? ¿Con una NIÑA? ¿A qué podrían jugar de todos modos? No parecía haber nada interesante ahí "... ¡Pero eres una niña!" Exclamó "Seguro que tu mami no te dejaría ir, además no creo que quieras pasar el rato con nosotros y jugar a lo que jugamos" tenía un punto, a muchos adultos no les agradaban ni sus amigos ni él, quizá eran demasiados traviesos pero ellos estaban orgullosos de la reputación, además Candy había llorado solo por una caída, no se la imaginaba jugando con ellos, seguro que le daba asco el lodo y se pondría a llorar por cualquier cosa.

Se quedo un poco tiesa al escuchar que el no quería que fuera con ella y mas por el hecho de ser una niña, trago un poco de saliva "¡No importa que sea una niña! Claro que puedo jugar lo que sea y estar con ustedes... siempre estoy muy aburrida aquí" Volteo un poquito para abajo porque al final le dio penita pedirle ir con el.
Volteo por un momento, sabia que su mamá no seria un problema porque tenia muchos clientes "Ademas mi mamá no se va a dar cuenta, ella esta ocupada y puedo volver después!" Penso por un momento que quizas los otros niños la molestarian por ser una niña asi como Caramelo estaba haciendolo pero ella ya se habia juntado con otros niños y no habia problema, esperaba que fueran como ellos, tambien se preguntaba que tipo de juegos jugaban, empezo a mirar con ojos de perrito triste a Caramelo.

Caramelo hizo una mueca, disgustado por la molestia que le había causado todo el asunto. Ugh, debió solo ignorarla desde el principio, las niñas no eran divertidas, solo lloraban y se quejaban y les gustaban las cosas lindas. Se preguntaba a que edad los chicos cambiaban de opinión respecto a ellas, no lo sabía, pero definitivamente no sería pronto.

Volteó para mirar una vez más a sus amigos, quienes se encogieron de hombros ya desinteresados, solo querían irse de ahí de una vez, con o sin la chica. Así que él se limitó a suspirar y mirar a los suplicantes y brillantes ojos de Candy.

"Esta bien esta bien" terminó por decir "pero a la primera que llores te regresas al puesto" agregó con falsa autoridad, esperaba que cambiara de opinion al estar un rato con ellos.
Sin más, camino hacía sus amigos, asumiendo que ella lo seguiría.

¡La había dejado! No podía creer que Caramelo quisiera que fuera con el y de inmediato empezó a sentir miedo pero empezó a seguirlo, ya quería saber que tipo de cosas jugaban porque eso significaba no estar aburrida mas tiempo en el puesto de su mamá.

"Claro que no llorare! Hace raro solo... me di un golpe" dijo apenada y corrió un poco para poder ponerse a su lado, esperaba que no le diera vergüenza que caminara junto con el y en muy poco tiempo llegaron con los demás niños, todos con una cara sonriente y extraña, claramente como si fueran a tirarles carrilla por ser un niño y una niña juntos "¡Hola! Ah... soy Candy, soy amiga de Caramelo" dijo sin pensarlo mucho, para ella los amigos se hacían como si nada pues era bastante pequeña, sin pensar mucho en la posible carrilla que le harían a Caramelo.